Feles lectoris, amante del café tibio, los dibujos made in home, la cocina y las plantas que se muerden. Compartimos algo de nuestro vivir con nuestros ocios y vericuetos. ¡Bienvenid@ a esta familia peluda!
viernes, 11 de diciembre de 2015
¡Aguas, nada es gratis con Royal Prestige!
Por lo regular casi no parlo de marcas o si alguna me decepciona, dejo de usarla y punto. Sin embargo hay una que me ha sacado de mis casillas, (y mira que en México es cosa "normal" por desgracia).
Las cosas se dieron de esta manera:
Asistí hace un par de días a un evento de gastronomía en el cual Royal Prestige tenía un stand, donde mostraba sus productos. Mientras la concurrencia iba de acá para allá, el personal de dicha marca realizaba "encuestas", tras las cuales ofrecía un boleto para una rifa de sus productos. Mi amor culinario y las ganas de ganarme algo, (por qué no admitirlo), me llevaron a dar mi número telefónico, eso si el celular porque el de casa, no más no. Las preguntas iban desde si cocinaba para tantas o cuantas personas, si me gustaba hacerlo y ya puestos cuál era la razón más importante a la hora de cocinar. Todo muy bonito y tal, me informan que de ser ganadora me lo harían saber por medio del número que brindé.
¿Y qué creen? Pues si, ¡Resulté ganadora! "Ujus y vivas" para mi, aparte, me informaban que gané una comida que sería cocinada en mi domicilio y que, también me había ganado un juego de cucharones con un valor estimado de 60 dólares (más o menos). Todo esto reafirmando a cada momento que yo no tendría por qué invertir dinero alguno y que simplemente debía ser "formal" con la cita programada, es decir no plantar al "Chef". Si bien hasta aquí todo parecía genial, admito que como soy un tanto recelosa, busqué información sobre esta empresa. Encontré varios casos que tenían la misma premisa de venta en la que aseguraban me mostrarían cómo todas mis ollas y demás cacharros son armas mortales y que argüirían que, tras pagar jugosas sumas de efectivo adquiriendo sus productos, yo estaría salvando a mi familia de quién sabe cuántos cánceres y males similares, generados a causa de los ácido perfluorooctanoico y otros químicos de difícil pronunciación, que según liberan las ollas con recubrimiento de teflón.
Al final, el día de la supuesta degustación, comida o como quieran decirle, la persona (Chef o cocinero), que iba a venir a realizar la misma, me comentó que no será gratis el asunto, como me habían dicho y redicho por teléfono. Esto lo confesó como quien no quiere la cosa, a raíz de que honestamente le dije que si era una demostración con fines de compra, no estaba interesada, de igual manera si el regalo estaba "condicionado" a la adquisición de un producto. Esta persona me dijo que apreciaba mi honestidad (ya que son los vendedores los que pagan la demostración, así como los viáticos), y que no era necesario comprar... Manejó que la degustación sería con fines demostrativos, pero que como yo afirmaba conocer la marca a través de la persona que estudia en el plantel donde los conocí, ya no tendría caso hacerla. Pero que también podría serle de ayuda al referir gente que quisiera comprarles o ya de plano podría yo trabajar con ellos... Pese a no tener una carrera culinaria. (Osea que posiblemente esa persona tenía de Chef, lo que yo de Japonesa).
A última se trataba de todo un circo, en el que sino compras de contado, te puedes embarcar a crédito, o debes buscar quién si lo haga, sino es que de plano hay que meterte a este multinivel engorroso y vender sus utensilios.
Prefiero seguir sin ganar supuestos premios y gastar una fracción más modesta en mis cacharros de cocina que empeñar mi alma en unos productos de dudosa ética, que para colmo comentan en la red sólo sirven para pegar la comida, como según afirman los vendedores que NO hacen y que defienden diciendo que, o sólo se deben usar para hervir verduras, o de plano que el comprador fue muy tonto y no supo usar sus magníficos artilugios de manera correcta.
Ah y la famosa receta con la que me engancharían: Pollo a la jardinera. Para otra ocasión espero que Royal Prestige se esmere más en embaucar gente, no sé quizá una lasagna afloje mi cartera con mayor gusto, que la técnica de la amenaza tóxica habida en todo lo que pernocta en las alacenas de mi cocina. Después de todo sus ollas de varias cifras no se venden solas por mucho bien que digan hacer.
Acepto que me molesté más por la mentira repetida por la señorita de que yo no debía poner nada o comprar nada. Así mismo la relación calidad-precio me parece desproporcionada en esta marca. Vaya que si existe quien se quiera echar el compromiso de pagar más de 20000 pesos mexicanos creyendo cada uno de los embustes de royal prestige, allá ellos, pero por lo menos que lo hagan con conocimiento y no por prácticas deplorables como las mentiras o exageraciones con respecto a la salud o premios.
¿Sería mucho pedir menos mentiras? En la mayoría de multinivel sería milagroso. En fin. Que les quede como testimonio y no se embarquen por un pollo verdulero.
Desahogado mi hígado me retiro.
A.
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